A continuación las partes del cuerpo y el significado metafísico general [o
probable] vinculado a cada una de ellas.
Los cabellos: Mi fuerza.
El cuero cabelludo: Mi fe y mi lado divino
La cabeza: Mi individualidad
Los ojos: Mi capacidad de ver
Las orejas ( oídos) Mi capacidad de oír
La nariz: Mi capacidad de oler o sentir a las
personas o situaciones.
Los labios: Mi labio superior está relacionado
con el lado femenino [1] y el labio inferior con el lado
masculino [2].
Los dientes: Mis decisiones, vinculadas al lado
femenino arriba, vinculadas al lado masculino, abajo.
El cuello: Mi flexibilidad, mi capacidad para
ver varios lados de las situaciones de la vida.
La garganta: La expresión de mi lenguaje verbal
y no–verbal, mi creatividad.
Los hombros: Mi capacidad para llevar una carga,
responsabilidades.
Los brazos: Mi capacidad para tomar a las
personas o las situaciones de la vida. Son la prolongación del corazón. Sirven
para ejecutar las ordenes. Están vinculados a lo que hago en mi vida, por
ejemplo mi trabajo.
Los codos: Mi flexibilidad en los cambios de
direcciones en mi vida.
Los dedos: Los pequeños detalles de lo
cotidiano.
El pulgar: vinculado a las inquietudes o a mi intelecto o a mi audición.
El índice: Vinculado a miedos o a mi personalidad (ego) o a mi olfato.
El mayor: Vinculado a la ira o mi sexualidad o a mi visión.
El anular: Vinculado a pena o a mi unión o a mi tacto
El auricular: Vinculado a pretensión o mi familia o al gusto.
El corazón: Mi amor.
La sangre: La alegría que circula en mi vida.
Los pechos: Mi lado materno
Los pulmones: Mi necesidad de espacio, autonomía,
Vinculados a mi sentimiento de vivir.
El estómago: Mi capacidad para digerir nuevas
ideas.
La espalda: Mi soporte, mi apoyo.
Las articulaciones: Mi flexibilidad, mi capacidad para
doblarme a las diferentes situaciones de mi vida.
La piel: Mi vínculo entre mi interior y mi
exterior (equilibrio).
Los huesos: La estructura de las leyes y
principios del mundo en el cual vivo.
El útero: Mi hogar.
Los intestinos: (sobre todo el grueso, el colón):
mi capacidad para soltar, dejar fluir lo que me es inútil y dejar fluir los
acontecimientos de mi vida.
Los riñones: La sede del miedo.
El páncreas: La alegría que está en mí.
El hígado: La sede de la crítica.
Las piernas: Mi capacidad para adelantar en la
vida, ir hacía el cambio, hacía las nuevas experiencias.
Las rodillas: Mi flexibilidad, mi amor propio, mi
orgullo, mi testarudez.
Los tobillos: Mi flexibilidad en las nuevas
direcciones del futuro.
Los pies: Mi dirección (quedarse en el mismo
sitio). Mi comprensión de mí – mismo y de la vida (pasado, presente, futuro).
Los dedos de los pies: Los detalles de mi porvenir.
Fuente: EL GRAN DICCIONARIO DE LAS DOLENCIAS Y ENFERMEDADES, de
JACQUES MARTEL