miércoles, 26 de noviembre de 2014

Para empezar a tomar conciencia de nuestra biologia.

A continuación las partes del cuerpo y el significado metafísico general [o probable] vinculado a cada una de ellas.

Los cabellos: Mi fuerza.
El cuero cabelludo: Mi fe y mi lado divino
La cabeza: Mi individualidad
Los ojos: Mi capacidad de ver
Las orejas ( oídos) Mi capacidad de oír
La nariz: Mi capacidad de oler o sentir a las personas o situaciones.
Los labios: Mi labio superior está relacionado con el lado femenino [1] y el labio inferior con el lado masculino [2].
Los dientes: Mis decisiones, vinculadas al lado femenino arriba, vinculadas al lado masculino, abajo.
El cuello: Mi flexibilidad, mi capacidad para ver varios lados de las situaciones de la vida.
La garganta: La expresión de mi lenguaje verbal y no–verbal, mi creatividad.
Los hombros: Mi capacidad para llevar una carga, responsabilidades.
Los brazos: Mi capacidad para tomar a las personas o las situaciones de la vida. Son la prolongación del corazón. Sirven para ejecutar las ordenes. Están vinculados a lo que hago en mi vida, por ejemplo mi trabajo.
Los codos: Mi flexibilidad en los cambios de direcciones en mi vida.
Los dedos: Los pequeños detalles de lo cotidiano.
El pulgar: vinculado a las inquietudes o a mi intelecto o a mi audición.
El índice: Vinculado a miedos o a mi personalidad (ego) o a mi olfato.
El mayor: Vinculado a la ira o mi sexualidad o a mi visión.
El anular: Vinculado a pena o a mi unión o a mi tacto
El auricular: Vinculado a pretensión o mi familia o al gusto.
El corazón: Mi amor.
La sangre: La alegría que circula en mi vida.
Los pechos: Mi lado materno
Los pulmones: Mi necesidad de espacio, autonomía, Vinculados a mi sentimiento de vivir.
El estómago: Mi capacidad para digerir nuevas ideas.
La espalda: Mi soporte, mi apoyo.
Las articulaciones: Mi flexibilidad, mi capacidad para doblarme a las diferentes situaciones de mi vida.
La piel: Mi vínculo entre mi interior y mi exterior (equilibrio).
Los huesos: La estructura de las leyes y principios del mundo en el cual vivo.
El útero: Mi hogar.
Los intestinos: (sobre todo el grueso, el colón): mi capacidad para soltar, dejar fluir lo que me es inútil y dejar fluir los acontecimientos de mi vida.
Los riñones: La sede del miedo.
El páncreas: La alegría que está en mí.
El hígado: La sede de la crítica.
Las piernas: Mi capacidad para adelantar en la vida, ir hacía el cambio, hacía las nuevas experiencias.
Las rodillas: Mi flexibilidad, mi amor propio, mi orgullo, mi testarudez.
Los tobillos: Mi flexibilidad en las nuevas direcciones del futuro.
Los pies: Mi dirección (quedarse en el mismo sitio). Mi comprensión de mí – mismo y de la vida (pasado, presente, futuro).
Los dedos de los pies: Los detalles de mi porvenir.

Fuente:  EL GRAN DICCIONARIO DE LAS DOLENCIAS Y ENFERMEDADES, de JACQUES MARTEL

viernes, 21 de noviembre de 2014

Para Pensar...



"Aquellos que no aprenden nada de los hechos desagradables de sus vidas, fuerzan a la conciencia cósmica a que los reproduzca tantas veces como sea necesario para aprender lo que enseña el drama de lo sucedido. Lo que niegas te somete. Lo que aceptas te transforma"

Carl Jung


Carl G. Jung y el árbol genealógico.

Carl G. Jung y el árbol genealógico. 

Sobre su propio árbol genealógico, Jung fue descubriendo ciertas resonancias que durante toda su vida enriquecieron su labor y ampliaron sus intuiciones sobre la importancia de los ancestros en la psique humana. La influencia de su abuelo, médico como él, del que heredó su nombre, unido a la leyenda de que también su abuelo fuera hijo natural de Goethe, quizás fue decisivo para reunir en Jung la tenacidad y esmero del científico y la creatividad y amplitud del poeta. Del mismo modo podríamos decir que la influencia de su padre, párroco protestante, propició su interés y búsqueda en una sabiduría oculta detrás de las religiones.
Conjunción de virtudes que seguramente le convirtieran en uno de los más vivaces descubridores del fondo del alma humana.

Cuando trabajaba con el cuadro genealógico comprendí claramente la curiosa vinculación del destino que me une a los antepasados. Tengo la viva impresión de que estoy bajo la influencia de cosas o interrogantes que quedaron sin respuesta para mis padres y abuelos. Muchas veces me pareció que en una familia existía un karma impersonal que se transmitía de padres a hijos. Me lo pareció siempre, como si hubiera de dar respuesta a cuestiones que se plantearon a mis antepasados, sin que ellos pudieran responderlas, o como si debiera terminar o proseguir cosas que el pasado dejo inconclusas.” […]

“Por lo tanto , la causa del desarreglo debe buscarse en tal caso no en el ámbito personal, sino más bien en la situación colectiva. Esta circunstancia la ha tenido muy poco en cuenta la psicoterapia hasta nuestros días. […] Tanto nuestra alma como nuestro cuerpo se componen de elementos que todos estuvieron ya presentes en la serie de antepasados. Lo "Nuevo" en el alma individual es la recombinación variada hasta el infinito de los ancestrales componentes, cuerpo y alma tienen por ello un carácter eminentemente histórico y no hallan en lo nuevo, en lo recién nacido la adecuada morada, es decir, los rasgos ancestrales se encuentran en el propio hogar sólo en parte.” […]

“Cuanto menos comprendamos lo que buscaron nuestros padres y antecesores, tanto menos nos comprendemos a nosotros mismos, y contribuimos con todas nuestras fuerzas a acrecentar la carencia de arraigo e instintos del individuo de tal modo que sigue a "la fuerza de gravedad" sólo como partícula física.” […]

“Y así permanecemos en las tinieblas sin vislumbrar si el mundo de los antepasados participa con bienestar ancestral en nuestra vida, o a la inversa, si se aparta de ella con aversión. Nuestra tranquilidad y satisfacción internas dependen en gran medida de si la familia histórica, personificada por el individuo, concuerda o no con las condiciones efímeras de nuestro presente.” […]

Carl Jung * Recuerdos, sueños, pensamientos. 1961


Organos internos y emociones: Las suprarenales





ÓRGANOS INTERNOS: Las Glándulas Suprarrenales

Almacenan pena y nos lleva al complejo de víctimas, ¿peleo o me escapo? Siempre creen que hay algo ahí afuera que se va a apoderar de ellos, y los está persiguiendo.
Cuando no están dispuestos a soportar amorosamente una experiencia emocional dolorosa, esa persona reacciona como si el mundo fuera responsable por su experiencia dolorosa, y se olvida de que cada persona es responsable de su propia creación, de su vida.

Fuente: Barcelona Alternativa

lunes, 17 de noviembre de 2014

8 PASOS PARA EL PERDON

8 Pasos para el perdón, toma un momento de tu día, busca dentro de ti aquella herida que aun sangra y déjala partir. Laura.
1. Haga una lista con aquellas personas a las que «no puede perdonar»
Escriba en una hoja de papel el nombre de aquellas personas sobre las que piensa: «Me sentiría mejor si pudiera perdonarle», «Me gustaría tanto poder hacer las paces con él/ella».
La relación con los padres es especialmente importante. Pregúntese si no le reprocha nada a su padre o su madre, y si realmente les está agradecido/a. Y si fuera el caso, escriba también sus nombres en la lista.
Si está casado/a, pregúnteselo también respecto a su pareja. Si está divorciado/o pregúntese si se ha reconciliado con su ex pareja.
Este paso sigue siendo válido incluso aunque aquella persona ya haya fallecido. Escriba también en la lista el nombre de todos aquellos a los que «no pueda perdonar», vivos o muertos.
Una vez elaborada la lista, escoja la persona con la que pondrá en práctica los «ocho pasos para conseguir perdonar».
2. Exprese sus sentimientos
Prepare varias hojas de papel y escriba sus sentimientos hacia aquella persona. Escriba los sentimientos que tenía en esos momentos, más que las situaciones concretas.
Si le aparecen sentimientos de ira, puede expresarlos con las palabrotas que se le ocurran: «imbécil», «desgraciado». No importa.
Si recuerda la tristeza y el dolor que sintió entonces, también puede escribirlo.
Escriba sus sentimientos tal como salgan. No va a leerlo nadie, así que no hace falta que haga cumplidos ni que se controle. Si le entran gañas de llorar, llore. Llore tanto como quiera, porque después se sentirá mejor.
Cuando crea que ya ha escrito todo lo que siente, pare y rompa el papel. Tírelo a la papelera.
3. Busque los motivos de aquellos actos
1. Escriba qué hizo aquella persona a la que «no puede perdonar».
2. Imagine y escriba los motivos que llevaron a aquella persona a actuar de
tal manera. Los motivos que hacen actuar a las personas se pueden
dividir a grandes rasgos, en dos tipos. «Querer sentir placer» y «Evitar
sentir dolor».
Piense en qué placer deseaba sentir aquella persona que le hizo actuar de
esa manera. O bien, en qué dolor pretendía evitar. Imagine las causas y
escríbalas.
3. Cuando acabe de escribir, no juzgue como «erróneos» los motivos, sino
que intente comprender la inmadurez, la torpeza, y la debilidad de aquella
persona. Los seres humanos cometemos errores frecuentemente. Por
ejemplo, hacemos algo pensando que nos hará sentir alegría, pero nos
termina haciendo sufrir. A veces, actuamos para evitarnos algún
sufrimiento,- pero lo único que conseguimos es más dolor. Esto demuestra
nuestra inmadurez, nuestra debilidad y lo torpes que somos. Debemos
comprender que los actos de los otros son a causa de su inmadurez,
su poca habilidad y su debilidad.
4. No debe pensar en si los actos de los otros eran correctos o equivocados,
es necesario que se centre en los motivos que los llevaron a actuar. Y diga
lo siguiente: «Al igual que yo lo puedo desear, él/ella también deseaba
sentir placer» o «Al igual que yo lo puedo desear, él/ella también deseaba
evitar sentir dolor».
4. Escriba aquello que puede agradecerle
Escriba todo lo que puede agradecer a aquella persona. Aunque parezca insignificante. Intente escribir tanto como pueda.
Aunque necesite mucho tiempo, intente recordar lo máximo posible.
5. Utilice la fuerza de las palabras
1. En primer lugar haga la siguiente declaración:
«Para mi propia felicidad, calma y libertad perdono a...».
2. A continuación repita «perdono a...». Si es posible, repítalo en voz alta.
Aunque sea en voz tan baja que no pueda oírlo nadie. No hace falta que lo
sienta en el corazón. Aunque los sentimientos le digan «Nó le puedo
perdonar», puede decirlo simulándolo.
Repítalo durante más de 10 minutos. En 10 minutos lo puede repetir entre cuatrocientas y quinientas veces. Y si es posible hágalo durante media hora. Este es un paso crucial.
En general aconsejo realizar bien este paso y actuar después de aparecer el «sentimiento de agradecimiento».
6. Escriba aquello de lo que querría disculparse
Escriba aquello de lo que querría disculparse a esa persona, cuanto más mejor.
7. Escriba aquello que haya aprendido
Escriba lo que ha aprendido gracias a la relación con aquella persona.
Si piensa en «cómo hubiera sido mejor tratarme con aquella persona» quizá pueda darse cuenta o aprenda algo nuevo.
¿Cómo cree que podría haberse tratado con aquella persona para conseguir que los dos fueran más felices?
8. Declare “Le perdono”
Diga: «perdono a. . .».
Estos eran los «Ocho pasos para conseguir perdonar».
No importa si después de haber realizado los ocho pasos todavía le persiste el sentimiento de «no le puedo perdonar».
En este caso repita el apartado 2 del paso 5.
Repita «gracias... (el nombre de la persona)», mientras recuerda su cara.
Si es posible, repítalo cada día durante más de cinco minutos. Unos días después debería sentir un cambio.
Cómo hacer realidad una vida feliz??
Si durante el proceso de realización de estos pasos ha sentido agradecimiento hacia aquella persona, ¿qué le parecería si le diera las gracias? Y si hubiera
pensado «me querría disculpar», ¿qué le parecería pasar a la acción antes que el sentimiento se desvanezca?
Si entre las personas incluidas en la lista de «No puedo perdonar» que ha escrito en el paso 1, se halla el nombre de su padre o su madre, es sobre todo necesario que realice todos los pasos.
Gracias a esto, la vida de muchas personas cambiará de forma increíblemente favorable. La relación que se tiene con los padres se refleja en muchas relaciones humanas, y le será muy beneficioso si se reconcilia de corazón con ellos


FUENTE: FACEBOOK LAURA RODRIGO.

lunes, 10 de noviembre de 2014

Psicogenealogía El riesgo de poner a los hijos el nombre de los padres

El riesgo de poner a los hijos el nombre de los padres

Las familias son como árboles, algunas crecen hasta florecer y otras se mueren.
Las familias son como árboles, algunas crecen hasta florecer y otras se mueren.
  • "Hay un narcisismo cuando se pone el nombre del padre al hijo"
  • Personas con nombres de fallecidos se convierten en "hojas viejas"
  • En las familias se suelen repetir enfermedades y circunstancias emocionales
  • Hay que actuar sobre las raíces de los árboles genealógicos para sanarlos
  • ¿Te llamas como alguno de tus progenitores o como algún familiar? Ten cuidado. Es posible que estés viviendo un destino que no te pertenece, marcado al ponerte ese nombre.
    Así lo asegura el psicoterapeuta, coach y constelador Jorge Llano, quien explica que al llamar a un niño como a un familiar "se le invita a que ocupe el lugar del otro, porque un nombre tiene una historia y es muy posible que ese niño acabe identificándose con el destino de ese nombre".
    De hecho, hay niños que se llaman como uno de los abuelos y que, cuando hablan, parece que "el que está hablando es el viejo usando el cuerpo del niño", destaca Llano. Eso es lo que en psicogenealogía se denomina el 'efecto ventrílocuo' y que se produce cuando una persona habla como si fuera su antepasado.
    "Hay un narcisismo cuando se pone el nombre del padre al hijo, porque ahí el padre quiere clonarse, marcarle un destino a su hijo y empujarlo a que viva cosas que él no ha podido vivir", advierte.
    Si el nombre pertenecía a un familiar fallecido, es posible que "te conviertas en un sarcófago porque llevas un muerto dentro que también se expresa y que hace que el vivo se sienta un poco muerto".
  • VIVIR EN TI | Psicogenealogía

    El riesgo de poner a los hijos el nombre de los padres

    Las familias son como árboles, algunas crecen hasta florecer y otras se mueren.
    Las familias son como árboles, algunas crecen hasta florecer y otras se mueren.
    • "Hay un narcisismo cuando se pone el nombre del padre al hijo"
    • Personas con nombres de fallecidos se convierten en "hojas viejas"
    • En las familias se suelen repetir enfermedades y circunstancias emocionales
    • Hay que actuar sobre las raíces de los árboles genealógicos para sanarlos
    ¿Te llamas como alguno de tus progenitores o como algún familiar? Ten cuidado. Es posible que estés viviendo un destino que no te pertenece, marcado al ponerte ese nombre.
    Así lo asegura el psicoterapeuta, coach y constelador Jorge Llano, quien explica que al llamar a un niño como a un familiar "se le invita a que ocupe el lugar del otro, porque un nombre tiene una historia y es muy posible que ese niño acabe identificándose con el destino de ese nombre".
    De hecho, hay niños que se llaman como uno de los abuelos y que, cuando hablan, parece que "el que está hablando es el viejo usando el cuerpo del niño", destaca Llano. Eso es lo que en psicogenealogía se denomina el 'efecto ventrílocuo' y que se produce cuando una persona habla como si fuera su antepasado.
    "Hay un narcisismo cuando se pone el nombre del padre al hijo, porque ahí el padre quiere clonarse, marcarle un destino a su hijo y empujarlo a que viva cosas que él no ha podido vivir", advierte.
    Si el nombre pertenecía a un familiar fallecido, es posible que "te conviertas en un sarcófago porque llevas un muerto dentro que también se expresa y que hace que el vivo se sienta un poco muerto".

    Tu nombre escrito en una lápida

    Llano pone como ejemplo el caso de María del Carmen, con el mismo nombre de su hermana muerta, quien de niña iba al cementerio y se impresionaba al ver una tumba con su nombre y apellido. Hoy, a los 34 años, no le encuentra sentido a la vida, padece depresión y lleva dos intentos de suicidio. El problema es que tiene a su hermana fallecida 'encriptada' y siente que esa hermana a la que no conoció se expresa a través de ella.
    El psicoterapeuta Jorge Llano.
    El psicoterapeuta Jorge Llano.
    Para personas a la que les sucede lo mismo que a María del Carmen la idea de fallecer incluso se plantea como un descanso. "El amor los lleva a la vida y el muerto, a la muerte, los encripta, de modo que no ocupan un lugar en el sistema, son hojas viejas que no pueden representar lo nuevo", explica este psicoterapeuta, quien detalla que una cura para caso como el de María del Carmen es hacer "un ritual de nacimiento para despedirse de ese muerto".
    La recomendación de Llano es contundente: "Nunca se deben repetir los nombres en la familia". ¿Qué hacer cuando el daño ya está hecho? La solución es que la persona que se llama como algún ascendiente tome conciencia de que tiene "una capacidad para torcer el destino, para volver al alma de la familia y recuperar el sentido profundo de la existencia de la misma", asegura Llano.
    El consejo de este psicoterapeuta, quien dirige en Colombia la escuelaTransformación Humana y que impartió la semana pasada un taller sobre el amor organizado en Barcelona por el Institut Integratiu, es buscar para los hijos nombres que no formen parte del árbol genealógico y que sean afines al legado familiar.
    Como legado Llano entiende aquel don que se le da a determinada progenie para que lo haga florecer generación tras generación. Hay, por ejemplo, familias en los que algún miembro ejerció de curandero, después otro fue enfermero y ahora hay alguno que es médico. El legado de esa familia sería dedicarse a la sanación, pero hay "muchas veces que no se transmite ese legado lo que provoca que el árbol genealógico enferme".

    El inconsciente familiar

    Llano está convencido de que si el psicoanálisis fue la revolución del siglo XX gracias al descubrimiento del inconsciente por parte de Freud, la revolución del siglo XXI será la psicogenealogía al explorar el inconsciente familiar. "Trasladamos el inconsciente de nuestro árbol genealógico por generaciones y esto nos hace proyectar sobre los hijos lo que antes proyectaron en nosotros nuestros padres y a la vez sobre ellos nuestros abuelos, de modo que los arquetipos se adueñan de las personas y hacen de ellas meros juguetes del árbol familiar".
    De ahí, que al igual que sucede en 'Cien años de soledad', la obra cumbre de Gabriel García Márquez por la que desfilan Aurelianos, Josés y Arcadios condenados a sentirse solos, en el árbol familiar se repitan los nombres, las profesiones, las ideas, las circunstancias emocionales y sexuales, e incluso enfermedades, muertes y accidentes.
    "Nuestra familia estaba cuando llegamos y seguirá cuando nos vayamos", explica Llano, para quien cada uno de nosotros tiene a sus espaldas una línea generacional que lo conecta con el primero de los hombres y la primera de las mujeres. "Somos hoy la generación de los vivos pero mañana seremos en la familia la generación de los muertos y serán los hijos, los sobrinos, los nietos los que nos sentirán en sus espaldas y percibirán la incapacidad, la patología, la inconsciencia y la fuerza, el sentido y el orden que hemos ofrecido a nuestra familia".

    Ir a las raíces

    La manera de romper este círculo es ir a las raíces de ese árbol genealógico para conocer cómo es el follaje, de modo que se puedan disolver las cargas familiares con el fin de usar los recursos propios para recuperar el destino. "Desde el mismo momento en el que alguien toma conciencia de la enfermedad de su sistema familiar, inicia un proceso de curación de su genealogía y la liberación de sus dinámicas ocultas, rompiendo y desvelando tabúes y secretos familiares que enfermaban el árbol genealógico", detalla Llano.
    "¿De qué murió la hermana de María del Carmen? Investíguelo todo. Pregunte hasta lo más insignificante, desvele los secretos, abra los cajones. Interrogue a la abuela, visite al tío loco. Todo lo que se calla en una generación lo grita la siguiente", asegura Llano, para quien ésta es la manera de oxigenar un árbol genealógico, garantizar su supervivencia, contribuir a su fortalecimiento, a que eche ramas y a que algún día dé flores que acabarán transformándose en frutos.
  • Fuente Jorge LLAno para Diario El mundo.

jueves, 6 de noviembre de 2014

Reflexion

"Permanezcamos muy quedos por un instante y olvidémonos de todas las cosas que jamás hayamos aprendido, de todos los pensamientos que hayamos abrigado y de todas las ideas preconcebidas que tengamos acerca de lo que las cosas significan y de cuál es su propósito. Olvidémonos de nuestras propias ideas acerca del propósito del mundo, pues no lo sabemos. Dejemos que toda imagen que tengamos acerca de cualquier persona se desprenda de nuestras mentes y desaparezca" UCDM

Orzuelo

ORZUELO 
Conflicto: 
Conflicto de mancha y de separación por algo que hemos visto y nos hemos sentido ensuciados.
Problemática relacionada con el matrimonio.
Resentir: “He visto algo sucio".
El orzuelo, los niños y las personas con esta inflamación del párpado suelen ver la vida con ojos airados. Hay algo que les produce enfado.
BLOQUEO FÍSICO: Es un absceso en la glándula de la pestaña.
BLOQUEO EMOCIONAL: Los orzuelos son frecuentes en la persona muy emotiva con problemas para digerir lo que ve cerca de ella. Es el tipo de persona que quisiera ver sólo lo que le interesa.
Quiere controlar lo que sucede a su alrededor y siente enojo porque acusa a los demás de no ver las cosas como ella.
BLOQUEO MENTAL: Tus orzuelos se presentan para ayudarte a desarrollar tu tolerancia con respecto a lo que ves a tu alrededor. Aun cuando no estés de acuerdo con lo que ves, date cuenta de que es imposible controlarlo todo en la vida: sólo puedes tener dominio sobre ti mismo. Sin embargo, tienes el poder de ceder y mirar a los demás con los ojos de tu corazón, lo cual te ayudará a aceptar su diferencia y a volverte más amable con ellos.

TRANSGENERACIONAL: LA CUARENTENA



Entendemos por cuarentena el período que se inicia después de la sesión de bioneuroemoción propiamente dicha, en la que la persona ha identificado los programas inconscientes que tenía activos y, con la ayuda del especialista, ha logrado expresar su emoción oculta, empezando así la transmutación o desactivación de los mismos programas inconscientes.Es posible lograr esto, en algunos casos, sin necesidad de hacer una sesión con un especialista ya que la persona puede hacerlo de forma inconsciente o mediante un estudio de su historia familiar.

Sea como fuere, a partir de ese momento se inicia la denominada cuarentena que no tiene que ser de cuarenta días exactamente, aunque se toma este número como referencia.

La cuarentena permite tomar consciencia de uno mismo, como un tiempo dedicado al silencio interior en una especie de aislamiento.Es una fase de recuperación necesaria para recuperar la salud.

Detiene la enfermedad, permitiendo ganar un tiempo en el que se pueden aplicar los recursos terapéuticos necesarios para que la persona tome plena conciencia y de ese modo pueda cambiar aspectos de su vida.

La persona puede entrar en coherencia emocional que es fundamental después de tomar conciencia de su historia oculta y poder pasar a la acción.

Foto: TRANSGENERACIONAL: LA CUARENTENA

Entendemos por cuarentena el período que se inicia después de la sesión de bioneuroemoción propiamente dicha, en la que la persona ha identificado los programas inconscientes que tenía activos y, con la ayuda del especialista, ha logrado expresar su emoción oculta, empezando así la transmutación o desactivación de los mismos programas inconscientes.Es posible lograr esto, en algunos casos, sin necesidad de hacer una sesión con un especialista ya que la persona puede hacerlo de forma inconsciente o mediante un estudio de su historia familiar.

Sea como fuere, a partir de ese momento se inicia la denominada cuarentena que no tiene que ser de cuarenta días exactamente, aunque se toma este número como referencia.

La cuarentena permite tomar consciencia de uno mismo, como un tiempo dedicado al silencio interior en una especie de aislamiento.Es una fase de recuperación necesaria para recuperar la salud.

Detiene la enfermedad, permitiendo ganar un tiempo en el que se pueden aplicar los recursos terapéuticos necesarios para que la persona tome plena conciencia y de ese modo pueda cambiar aspectos de su vida.

La persona puede entrar en coherencia emocional que es fundamental después de tomar conciencia de su historia oculta y poder pasar a la acción.
Fuente La emocion para sanar.

Es hora de Despertar!!!!

"Despertarse es la única experiencia que vale la pena. Abrir bien los ojos para ver que la infelicidad no viene de la realidad, sino de los deseos y de las ideas equivocadas. Para ser feliz no has de hacer nada, ni conseguir nada, sino deshacerte de falsas ideas, ilusiones y fantasías que no te dejan ver la realidad. Eso sólo se consigue manteniéndote despierto y llamando a las cosas por su nombre.

Tú ya eres felicidad, eres la felicidad y el amor, pero no lo ves porque estás dormido. Te escondes detrás de las fantasías, de las ilusiones y también de las miserias de las que te avergüenzas. Nos han programado para ser felices o infelices (según aprieten el botón de la alabanza o de la crítica), y esto es lo que te tiene confundido. Has de darte cuenta de esto, salir de la programación y llamar a cada cosa por su nombre.

Si te empeñas en no despertar, nada se puede hacer. "No te puedes empeñar en hacer cantar a un cerdo, pues perderás tu tiempo y el cerdo se irritará." Ya sabes que no hay peor sordo que el que no quiere oír. Si no quieres oír para despertar, seguirás programado, y la gente dormida y programada es la más fácil de controlar por la sociedad.

Dentro de mi suena una melodía cuando llega mi amigo, y es mi melodía la que me hace feliz; y cuando mi amigo se va me quedo lleno de su música."

Anthony de Mello